FINESTRES no solo es una librería para leer. También somos una librería que incentiva y apoya la creación literaria. Lo hacemos a través de los Premios de Narrativa y las Becas de Ensayo que concedemos cada año. Para esta primera edición nos hemos rodeado de un grupo de escritoras, críticos, académicas, traductores y periodistas para conformar el jurado. Carlos Zanón es uno de los miembros del jurado en lengua castellana y también ha pasado por nuestro cuestionario.
¿En qué momento de tu vida has sido más feliz?
Posiblemente en un viaje en coche por Irlanda con mi mujer y mi hijo hará unos quince años.
¿Cuál es tu mayor temor?
Morir solo.
¿Cuál es tu primer recuerdo?
En casa con mi madre, un pintor en casa pintando el techo y un vecino con un coche azul que metía en su garaje. No sé qué demonios es eso, pero creo que es mi primer recuerdo con nitidez.
¿A qué persona (viva) admiras más y por qué?
A alguien como Tom Waits. Por hacer de la extrañeza y la honestidad algo que no se puede comprar con dinero.
¿Cuál es el rasgo que menos te gusta de ti mismo?
No soportar dañar a los demás cuando es inevitable (y, a la larga, mejor para ellos y para mí).
¿Cuál es el rasgo que menos suele gustarte de los demás?
Que sean injustos.
¿Dónde te gustaría vivir?
En Roma, en algún lugar de Irlanda, en cualquier sitio y, por fin, en paz.
¿En qué época histórica te gustaría haber vivido?
En esta.
¿Qué te deprime?
La vejez, la decrepitud.
Haznos una pequeña lista de tus libros o autores favoritos.
John Updike, Vladimir Nabokov, William Shakespeare, Cormac McCarthy, Ted Hughes, Kiko Amat (sorry), Middlemarch de George Eliot, Mi historia secreta de Paul Theroux, Fortunata y Jacinta de Galdós, Parejas de John Updike, Una soledad demasiado ruidosa de Hrabal y Cuentos de Julio Cortázar
Haznos una pequeña lista de tus libros o autores más odiados.
Moby Dick de Melville, libros de autoayuda, de superación. Libros de ensalzamiento moral o patriótico. Libros maniqueos, panfletos, himnos patrióticos.
¿Cómo ordenas tu biblioteca?
Orden alfabético. En unas estanterías, novelas. En otras, poesía, en otras ensayo y una para libros relacionados con la música.
¿Si pudieses ser un personaje de ficción, cuál serías?
Capitán América.
¿Tienes unos zapatos favoritos?
Unos de ante negros.
¿Cuál es tu olor favorito?
Piel sudada de la persona que deseas.
¿Y tu comida?
Macarrones, naranjas.
¿Y tu bebida?
Leche fría.
¿Cómo te defines políticamente?
De izquierdas y poco amante de aglomeraciones, cierres de filas y banderas.
¿Qué es lo que menos te gusta de tu aspecto?
Todo. Mi cuerpo siempre ha sido una cárcel para mí.
¿Cuál es tu placer culpable?
La música de los Bee Gees sin lugar a dudas.
¿Qué les debes a tus padres?
La educación, la alegría, la confianza en mí mismo y el miedo al futuro, al riesgo si conlleva la posibilidad de perder lo conseguido.
¿A quién invitarías a tu fiesta ideal?
A Scartlett Johansson y a Robert de Niro.
¿Qué palabras o muletillas usas más a menudo?
Bueno, no sé.
Cuéntanos el momento más vergonzoso de tu vida.
Dando un curso de verano el año pasado.
Si pudieses cambiar tu pasado, ¿qué cambiarías?
La primera mentira, el primer engaño.
¿Cuándo fue la última vez que lloraste, y por qué?
Escuchando «Hero» de Family of the year .
¿Cómo te relajas?
Nunca he conseguido relajarme. Llevo toda mi vida tensionado.
¿Has estado alguna vez a punto de morir?
No, muy enfermo sí.
¿Matarías?
Sí.
¿Qué consideras tu mayor logro?
Haber conseguido tener una trayectoria literaria con buenos libros sin haberme vendido nunca ni haber cedido en nada, viniendo desde un hogar muy humilde y sin referentes.
¿Qué te hace dormir mal?
Mi propia manera de vivir.
¿Qué canción o canciones te gustaría que sonaran en tu funeral?
«Bonny» de Prefab Sprout.
¿Dónde te gustaría estar ahora mismo?
En 1985 dentro del disco Steve McQueen de Prefab Sprout.
¿Cuál es tu posesión más preciada?
Mis discos, mis libros, la gente que me quiere, mi hijo, mi agujero.
¿Cómo te gustaría ser recordado?
Como alguien distinto a los demás. Como un gran escritor.
¿Qué has hecho hoy?
No he escrito, o sea, nada a excepción de comerme un helado sentado en un banco.