Qué lees.
Canijo.
Quién es el autor.
Fernando Mansilla. Un caballero mítico del underground sevillano.
Qué editorial lo publica.
Editorial Barrett
De qué va.
Es una historia de yonkis. Una GRAN (y precisamente por ello rara) historia de yonkis. La historia transcurre en la Sevilla de los años ochenta. Tras la resaca del Mundial 82, la heroína aterriza para quedarse de la mano de los Molina —una familia gitana que tiene que abandonar el barrio marginal de las Tres Mil Viviendas tras una guerra de clanes—, del terrible y violento Rafael el Gamba y de los otros camellos que trapichean por la zona del Pumarejo —o Espumarejo, como llaman sus habitantes—. El músico protagonista de Canijo comienza a flirtear con la heroína, una adicción que inevitablemente va a más, haciéndonos vivir con él el angustiante e insoportable mono, la lucha por conseguir los duros suficientes para una dosis (a menudo empeñando su instrumento) y su condenado empeño por conservar a la fatalísima femme Sofía.
Cómo está escrito.
Limpio, sobrio, haciendo sabio uso de la jerga, prescindiendo de frases de redoble y acarreando la historia página a página, sin pirotecnia ni digresiones ni farragosa teoría sociopolítica.
Es largo o corto.
Medio. En su punto.
A qué se parece.
No se parece mucho a las historias de yonkis clásicas (como Los diarios del baloncesto), porque gran parte de la trama se concentra en las bandas de criminales gitanos, sus personajes y relaciones y modus operandi (inolvidables los Molina), evitándole con ello al lector el cansino y repetitivo relato de las cuitas del adicto clasemediero (cuya sordidez suele ser tan apasionante como una hoja excel).
Qué es lo que más te ha gustado del libro.
La historia es sensacional. Tanto la de Canijo como la de las bandas de traficantes rivales de la Sevilla de la época. El submundo criminal de la ciudad está pintado con enorme realismo pero sin escamotear acción o thrills. No hay frases ejemplarizantes ni moralina final. Los personajes negativos (como el Gamba) no son nada bidimensionales y están muy bien construidos. Les entendemos, aunque no nos gusten. El libro no se lee como un estudio sociológico sobre un fenómeno subcultural/criminal, sino como lo que es: una estupenda novela y una grandísima historia.
A quien se lo recomiendas.
Algunas novelas sobre el subsuelo exigen un interés previo en el tema. Este no sería el caso. La historia te atrapa quieras o no. Uno no tiene que ser un buceador del subsuelo para engancharse a Canijo. Dicho esto, como sucede en las mejores obras, el lector que tenga un interés personal en la historia secreta de la ciudad será recompensado aquí con una capa extra de información, leyenda y folklore local.
Defectos, carencias.
La única carencia que viene a la mente es que el autor falleciese el año 2019 (descansando en el “puto sofá”, como afirma la nota incluida en el libro), cancelando de ese modo la posibilidad de disfrutar de más novelas suyas (Canijo fue su debut). Su otra única obra de ficción es Matar cabrones, que dejó inacabada y Barrett también rescató, esta vez de forma póstuma.
Algo más que debamos saber.
Un par. La obra se publicó por primera vez en el 2013 en El Rancho Editorial. Este es, por tanto, un merecido rescate que realiza Barrett. En segundo lugar, es de recibo un pequeño apunte biográfico: Fernando Mansilla nació en Barcelona en 1965, pero se instaló en la ciudad de Sevilla en los años ochenta, en pleno boom de la heroína, hecho que relata en esta novela (poco menos que autobiográfica; el menos la parte del músico protagonista). Artista multidisciplinar, destacó en teatro con varias obras y nominaciones a los Premios Max; en la poesía con sus Poemas para la no posteridad; y en la música con su grupo Mansilla y los Espías.
AGENDA ︱ 17 de septiembre: Presentación de Canijo, de Fernando Masilla