¿Qué lees?
La flor del rayo de Juan Manuel Gil.
¿Quién es el autor?
Es un escritor almeriense que ganó hace un par de años el premio Biblioteca Breve con Trigo limpio, novela con la que se le descubrió de un modo más amplio, aunque ya había escrito otras espléndidas novelas. Un autor a reivindicar siempre, porque la lectura de sus libros es una fiesta, alejado de solemnidades.
¿Qué editorial lo publica?
Seix Barral.
¿De qué va?
Cuenta la historia de un escritor que ha ganado un gran premio literario, pero después de la borrachera del premio y el reconocimiento no sabe qué escribir. Entonces se obsesiona con una casa y su vecina mientras su propia vida salta por los aires. Creo que esta frase define muy bien la novela: “Yo he leído en algún libro que si queremos entender lo usual, tendremos que aproximarnos a lo inusual.”
¿Cómo está escrito?
Está escrito con esa naturalidad personalísima de Juan Manuel Gil en la que sin artificios navega de lo cómico a lo dramático, en ese diálogo constante entre realidad y ficción en el que lo representado se vuelve poroso y gris. Es un libro muy potente, con una prosa rica, diálogos que parecen arrancados a la vida, o dicho de otra manera, es una ficción que respira esa vida contada a través de la mentira.
¿Es corto o largo?
Ni corto ni largo, tiene las páginas que necesita para desarrollar la historia de este escritor obsesivo y bloqueado que busca inspiración en su vida. A veces hay libros con muchas páginas que se hacen cortos y, al contrario, libros con pocas páginas que se hacen largos. En La flor del rayo está todo muy bien medido.
¿A qué se parece?
A veces han comparado a Juan Manuel Gil con Eduardo Mendoza, pero fíjate que si yo tuviera que buscar referentes para este libro citaría a Enrique Vila-Matas y al Paul Auster de la primera etapa. Sin embargo, considero que el autor tiene una personalidad propia y no se parece a nadie.
¿Qué es lo que más te ha gustado del libro?
El tono y el ritmo que mantiene el autor en toda la novela. Un tono aparentemente liviano e irónico en el que parece que se impone el humor y la extravagancia, pero en el que se habla de muchos temas esenciales. Esto es muy complicado de hacer, porque plantea una literatura que nos revela.
¿A quién se lo recomiendas?
A quien quiera una buena lectura, claro; y a esos lectores que les gusta el juego metaficcional, las relaciones de afecto que sirven para leernos y acercarnos a los otros y a nosotros mismos.