«El pene de mi padre medía treinta centímetros y medio». Así comenzaba una primera versión de las memorias póstumas de J. R. Ackerley.
Ackerley despliega un libro descarnado, donde la historia de la doble vida del padre —un adúltero que mantuvo dos familias paralelas sin que ninguna conociera la existencia de la otra—, y la historia de las desoladas peripecias del hijo —un intelectual homosexual de clase alta—, se entrelazan hasta el límite de lo intolerable.
Inspirada en su propia niñez, Sorj Chalandon relata de manera sobrecogedora como la fantasía del niño fue marcada por los delirios patológicos de su padre hasta situarse, los dos, al borde de la locura compartida.
Escrita con gran sobriedad y a corazón abierto, esta obra explora como la enfermedad puede adulterar el amor de un padre por su hijo y como el adulto puede destruir la fragilidad del niño.
La historia de la obsesión de Humbert Humbert, un profesor cuarentón, por la doceañera Lolita es una extraordinaria novela de amor en la que intervienen dos componentes explosivos: la atracción «perversa» por las nínfulas y el incesto.
Cuando era chica, Cometierra tragó tierra y supo en una visión que su papá había matado a golpes a su mamá. Esa fue solo la primera de las visiones. Nacer con un don implica una responsabilidad hacia los otros y a Cometierra le tocó uno que hace su vida doblemente difícil, porque vive en un barrio en donde la violencia, el desamparo y la injusticia brotan en cada rincón y porque allí las principales víctimas son las mujeres.
El padre de Danny necesitaba aquel trabajo en el hotel Overlook. Danny sabía que su madre pensaba en el divorcio y que su padre se obsesionaba con algo muy malo, tan malo como la muerte y el suicidio. Sí, su padre necesitaba aceptar la propuesta de cuidar de aquel hotel de lujo de más de cien habitaciones, aislado por la nieve durante seis meses...
El resto es historia de la literatura, y también del cine gracias a la adaptación de Stanley Kubrick del año 1980.