Presenta 'Aquí vivía yo. Una crónica emocional de mis 25 años en el FIB' junto a Nando Cruz
En la primera edición del Festival Internacional de Benicàssim, celebrada en 1995, Joan Vich Montaner despachaba bebidas en una de las barras. En la última edición hasta la publicación de este libro —la de 2019—, se había convertido en codirector del célebre festival. Durante esos veinticinco años, además de haberse ocupado de otras tareas como la programación musical, fue recogiendo muchas historias que comparte en estas páginas. Algunas de ellas tienen como protagonistas a artistas célebres: Lou Reed, Morrissey, Noel Gallagher, Amy Winehouse… Pero otras tienen a personajes menos conocidos que también contribuyeron a que el FIB se convirtiera en el estandarte de los festivales españoles. Aunque este libro no es solo una recopilación de anécdotas jugosas o una aproximación —tan rigurosa como divertida— al funcionamiento de la industria musical, sino también un homenaje sincero a un evento que moldeó los gustos culturales y los veranos de muchos españoles, y un reconocimiento emotivo a la manera en la que la música se entreteje con nuestras biografías. Si has vibrado en algún festival durante el último cuarto de siglo, seguro que reconoces muchas de las emociones que describe el autor.
El autor conversará con Nando Cruz en formato vermut sabatino. Bajo una carpa, y en julio. Como en un festival musical veraniego. Todo para que estés como en tu casa, Joan.
Joan Vich Montaner trabajó en el FIB desde su fundación en 1995 hasta 2019. Entre medias, ha sido músico (The Frankenbooties, Patrullero Mancuso, Jonston, Single), periodista musical (Diario de Mallorca, TVE, IB3, Público, Rockdelux, LDNM, Mondosonoro, El Mundo, Diari de Balears), hostelero y mánager de artistas como Melenas, Adiós Amores y Ghouljaboy. En resumen, más de tres décadas viviendo del cuento y demostrando a sus atónitos padres que aquella obsesión infantil con los discos y la música podía tener más salidas que la carrera de Derecho que abandonó a falta de dos asignaturas. Ahora vive con su esposa y sus dos gatas en el Puerto de Santa María, Cádiz, y trabaja lo menos posible, dentro de lo razonable.