con Núria Torreblanca
Tras los librazos Érase un río, Madres, avisad a vuestras hijas y Q Road, la norteamericana Bonnie Jo Campbell -mejor autora de grit lit en activo, y no hay más que hablar- vuelve con la colección de relatos Mujeres y otros animales, de nuevo para la editorial Dirty Works.
Las mujeres de Campbell son peligrosas y vulnerables, bellas y extrañas, feroces e impredecibles. Crían terneros y despellejan bagres, trabajan duro, se desempeñan bien con las armas de fuego y, a veces, beben sin medida para combatir la sensación de vacío. Saben lo que es nacer y envejecer entre desguaces, fosas sépticas, trituradoras, canteras de grava, zarigüeyas atropelladas y machos intrusos. Vecindarios poblados de mutantes, gente marcada y despojos de circo. Un mundo en el que la belleza no deja de ser una aberración, algo que despierta la curiosidad, el instinto animal y la violencia, y donde las madres rezan para que sus hijas se casen con hombres que no las averíen. Mujeres que aman desaforadamente y que emergen victoriosas de todas sus cuitas: lastimadas, sí, pero fortificadas y con la lección aprendida.
Bonnie Jo Campbell, tras su visita al festival MOT de Girona-olot, realizará una parada en la librería Finestres el lunes 27 de marzo, lo cual nos llena de una euforia inefable. En esta dichosa ocasión la autora conversará con la guionista i redactora de Onda Cero Núria Torreblanca (cuya novela La Sonanta del Gringo tenía lugar, precisamente, en Kalamazoo, el pueblo de Bonnie Jo Campbell).
Bonnie Jo Campbell (1962) creció en una pequeña granja de Michigan con su madre y sus cuatro hermanos y puede que sea una de las únicas beneficiarias de una beca Guggenheim que sabe cómo se castra un cerdo. Cuando se marchó a Chicago a estudiar filosofía, su madre alquiló su habitación. Después se recorrió EE.UU. y Canadá haciendo autoestop. Un día vio en una farola de Phoenix un cartel del célebre circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey y se unió a la caravana vendiendo granizados. Los demás vendedores eran tipos rudos, desdentados, tatuados y llenos de cicatrices. La gente prefería el puesto de Bonnie Jo porque parecía la vecina inocente de la puerta de al lado. Se sacó mucha pasta. Más tarde ascendió los Alpes en bicicleta y organizó viajes de aventura por Rusia, los países bálticos y Europa del Este. En 1992, tras obtener un máster en matemáticas, comenzó a escribir sobre la vida en las pequeñas localidades rurales de Michigan. Es autora de dos novelas y tres colecciones de relatos y ha sido nominada al National Book Award en dos ocasiones. Actualmente reside con su marido y otros animales en las afueras de Kalamazoo. Estudia Kobudō, «el camino antiguo del guerrero», el arte marcial ancestral de Okinawa, y le gusta pasar el rato con sus dos burros: Jack y Don Quijote. En su refugio subterráneo ideal para el fin del mundo habrá arroz, frijoles, frutos secos, hortalizas deshidratadas, agua, una buena reserva de guantes y calcetines (porque es de pies fríos), material para escribir y todo Dickens. Su bar favorito es el Tap Room, donde suele haber peleas. Le gusta estar donde está la vida. La gente de ese bar son los personajes que pueblan sus relatos, su tribu. Aunque conviene señalar que ya no bebe ni se pelea tanto como antes, porque necesita estar despejada por las mañanas para poder escribir.
*Asignación de asiento por orden de llegada. Número de butacas limitado. Si al llegar no quedan asientos libres, su reserva pasa a ser de pie.
**Este acto cuenta con traducción simultánea del inglés al catalán.