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Club de lectura con Mónica Escudero

Fechas: 27 de octubre, 14 de noviembre, 1 de diciembre, 12 de enero, 3 de febrero, 9 de marzo, 6 de abril, 4 y 24 de mayo.

Después de comernos diez libros en su primera edición, el club de lectura Este libro da hambre repite -como con los buenos platos, cuando se puede- y amplia sus horizontes con obras alrededor de beber. La borrachera, los espirituosos, la chuza, darle al alpiste, tirarle a los palomos, churrar, beber, mamar: además de jamancia, hablaremos de libros que celebran, ensalzan, sufren o filosofan sobre el acto de consumir alcohol (no necesariamente de manera apologética). Si ninguna pandemia mundial que nos obligue a usar mascarilla en lugares cerrados, una ley seca o una invasión alienígena lo impide esta vez, comeremos -cosas no susceptibles de acabar incrustadas en la moqueta del Club Diógenes- y beberemos (por eso he pedido que el club pase a los jueves). Como veis, lo tenemos todo controladísimo.

¿Qué leeremos?

Cocido y violoncelo, de Mercedes Cebrián
Beber o no beber, una odissea etílica de Lawrence Osborne
El mar, el mar, d’Iris Murdoch
Collado, la maldición de una casa de comidas, de Carles Armengol
El mar, el mar, d’Iris Murdoch

Una borrachera cósmica, de Mark Forsyth
La soledad del manager, de Manuel Vázquez Montalbán
Delizia! La Historia Épica de la Comida Italiana, de John Dickie
Soy Ozzy, d’Ozzy Osbourne*
Rapsodia Gourmet, de Muriel Barbery

*Posiblemente el libro menos gastronómico de la historia del club, pero me reí tanto leyéndolo que pienso aprovechar la percha con toda la jeta porque quiero compartir esta maravilla -y comentarlo- con otros lectores.

¿Quién lo cocina?

Mònica Escudero es periodista especializada en gastronomía, editora y coordinadora desde 2015 del portal gastronómico de El País El Comidista, en el que empezó a colaborar tres años antes mano a mano con su creador, Mikel López Iturriaga. Escudero vive de convertir su obsesión por los fermentados, las ensaladas, las alitas de pollo tiernas por dentro y crujientes por fuera o los arroces secos con el socarrat perfecto en artículos -para que después los apliques en tu propia cocina-, ayuda a solventar ese drama vital que es la cena diaria sin tener que recurrir a hamburguesas repartidas por falsos autónomos ni al sushi de surimi y también te chiva dónde comer y beber estupendamente. En sus ratos libres, lleva las redes sociales de algunos negocios comestibles y bebestibles. Es más voraz leyendo que comiendo.