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'Traumacore' vs. 'No desitjaràs els béns del proïsme'
por
Finestres
12.07.2024

Interior tarde - Llibreria Finestres 

Mientras tiene lugar un acto entre María Sevilla y Núria Gómez Gabriel, dos libreras (Itziar y Carlos) se encuentran y se preguntan mutuamente por qué deberían estar escuchando la conversación en lugar de trabajar (en las librerías, ejem, no se lee) y acercarse a la autora que aún no han leído. Una intenta convencer a la otra de por qué arriesgarse a leer en catalán, mientras la otra le invita a leer a alguien de una generación posterior sin voluntad de confirmar sus prejuicios.

*Para evitar hacer pesado el texto, hemos quitado del diálogo las interacciones con los clientes, las llamadas telefónicas y los comentarios respecto al orden de las mesas y la exposición.


Itziar quiere saber por qué a Carlos le ha gustado tanto el ensayo de Maria Sevilla, y le lanza la pregunta esencial que da por iniciada lo que se conoce como una temible conversación entre libreras. 

Oye Carlos, ¿por qué crees que debería leer No desitjaràs els béns del proïsme?  

Porque Maria Sevilla entiende que el ensayo es la poesía por otros medios. Del mismo modo, te recomendaría que leyeses también su poesía, porque con ella la autora ausculta su época con cuidado y en su modo de hacer la problematiza. Además, cita al mejor de todos (David Graeber) y no tiene ninguna voluntad de asentir el discurso de la época. Al contrario, da la sensación de que por eso escribe: para que no le escriba la época. Y una última cosa: parece que Sevilla cree en la materialidad de las palabras. Se nota cómo las pesa, las estudia, las mira y por eso en el texto no son intercambiables.  

¿Entonces es una reflexión política de una poeta?  

Yo más bien diría que es una poeta que entiende cada acto de discurso como una forma muy concreta de política, que declina y conjuga políticamente, digamos, aunque dicho así no se entienda del todo; ¡no se me ocurre cómo abrir un sentido posible por otro lado!  

Y entonces, ¿por qué en un momento donde las cosas tienen un valor sinigual las palabras han perdido el suyo?   

No sé, realmente, si las palabras han perdido su valor. Quizás es una cuestión de correspondencia entre las palabras y las cosas, que es algo que sí que es conflictivo, y creo que eso hace valioso al ensayo de Maria Sevilla: encontrar un conflicto y abundar en él, pensarlo, volverlo productivo.   

¿Crees que hay algo de este escrito que Maria pueda poner en común en una de sus clases?  

Sospecho que sí, claro. Sobre todo, cuando se detiene en la materialidad de las palabras y en lo poco materialista que ha resultado esta fase del capitalismo. 

¿Cómo argumentar no desear los bienes del prójimo en una sociedad donde los bienes materiales se ansían, en gran medida, en una suerte de copypaste?  

Creo que es algo que tiene que ver con cuestiones del orden de lo comunitario, de los límites más o menos necesarios para poder ejercer la libertad.  

¿Hay oficio o hay discurso?  

¡Ambas cosas! Incluso, aunque que yo sepa no ha publicado narrativa, diría que es una gran narradora. Todo el arco inicial sobre la Deep Web es extraordinario.  

Ahora que comentas lo de la Deep Web, ¿lo de ejemplificar con drogas? ¿Por qué?  

Porque me parece que es algo traza un límite perfecto respecto de cómo pensar hoy el libre albedrío. Digamos que dibujar la zona de alegalidad de internet impone repensar cómo vivimos. Un paso preciso para preguntarse cómo vivir juntos.  

Ya que has mencionado a David Graeber, él decía que se negaba a vivir asustado como académico. ¿Qué está saliendo mal para que nadie siga su ejemplo en el momento actual de las universidades?  

Uy, esto es muy complicado: sospecho que tiene que ver con la mezcla compleja y difícil de explicar entre jerarquía y precariado.  

Si la propia autora te preguntase por qué leerla, ¿qué le dirías?  

¡Que tiene la lengua insospechadamente viva!  


Después de un rato hablando del ensayo de Maria Sevilla, Carlos se dice curioso por las generaciones posteriores a la suya: también quiere saber por qué a Itziar le gustó Traumacore, así que contraataca con la misma pregunta.

Pero, dime, Itziar, ¿por qué debería alguien como yo leer Traumacore?  

En primer lugar, porque su índice es una declaración de intenciones y su contenido se presenta como un collage posmoderno, pero funciona como un artilugio de protesta. Núria Gómez Gabriel no necesita autorreferenciarse de manera constante para ilustrar lo que narra. También porque ejemplifica con Sophie Calle y porque sabe diferenciar la transformación del trauma en mercancía del dolor como estructura cotidiana del tiempo herido.  

¿Qué quieres decir con que el índice es una declaración de intenciones?  

Quiero decir que si el índice sirve como muestra de los contenidos que dan indicio de algo, aquí la referencia despista sin dar muestras de qué podrás encontrar tras las palabras elegidas para vertebrar el libro.  

¡Ah! Pero ¿el libro está bien vertebrado?  

No, al menos yo no encuentro una concatenación reglada. Sin embargo, la vida de la gran mayoría de mis coetáneos tampoco lo está. Nada es estable y este libro parece reflejo de esa inestabilidad emocional, laboral o económica... De esa unión de ideas o conceptos que parecen inconexas.  

Teniendo en cuenta que el collage es la única forma artística propia del siglo XX, ¿crees que es útil aún?  

No sé si puedo hablar de un libro en términos de utilidad... La ineficacia de la técnica no se la otorgo al mismo, sino al lector/a incapaz de transformarse en su manera de estar en el mundo tras su lectura.  

Pero no me refiero al libro cuando hablo de utilidad, ¡me refiero a decir que un libro está hecho como un collage! ¿No debería asustarnos esta estrategia?  

Me asusta más mi futuro laboral que un libro del que puedo revisitar un extracto de manera aislada, aunque, sin duda, da cuentas de una sociedad que enuncia teoría sin conocer lo que le precede, como en un collage donde no se atisba la primera capa.  

¿Te parece bien la autorreferencialidad?  

Siempre y cuando no se vuelva la única vara de medir porque entonces será el festejo del solipsismo.  

¿Podría ser un poco eso de “habla de un pueblo y estarás hablando del mundo”? Esto era un tópico, ahora no recuerdo de dónde salía.  

¿Era Antón Chéjov? Radicalmente sí. No hay más que leer el capítulo de su iaia. 

¿Crees que, como pasa con Sophie Calle, es preciso abundar en ciertas formas propias del siglo XX?  

La revisión de Dumped by email nos brinda la posibilidad del cobijo colectivo, la lectura coral y la puesta en valor de los vínculos de amistad. Me resulta apropiado en el momento actual.  

¿Por lo de repensar la comunidad?  

Por lo de ponerla en marcha. A ratos parece que se nos va la vida teorizando sobre supuestos que no materializamos en la realidad.  

El tiempo herido, ¿dirías que forma parte íntima del tardocapitalismo este raro en el que vivimos? Y si es que sí, ¿cómo podría operar lo que cuenta Traumacore en nuestro día a día?  

El Traumacore opera extrayendo ese tiempo herido del circuito de la intimidad tan ligado a la reclusión que inhabilita (o lo intenta) la vida (y resistencia) en comunidad.  

Cuando te refieres a “circuito de la intimidad”, ¿piensas también en la lectura o en el diálogo que se produce al momento de leer? 

En ambos, con preminencia del diálogo porque la lectura acontece también en lo más caótico del ámbito público y, en ocasiones, eso lo impide. Quizá también este deseo extraño de compartir o mostrar mucho de lo que hacemos con nosotrxs mismxs que también destruye la intimidad, pero no sé hasta qué punto la engrandece. 

No desitjaràs els béns del proïsme
Sevilla París, Maria
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Traumacore "Crónicas de una disociación feminista"
Gómez Gabriel, Núria
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