Powerpaola, Flavita Banana y Karin du Croo: un encuentro a tres bandas de ilustres ciclistas para charlar sobre la nueva novela gráfica de la artista Powerpaola, Todas las bicicletas que tuve (Sexto Piso), un recorrido por las heridas y ausencias de su pasado y también por las alegrías, con la presencia constante de las bicicletas que la han acompañado en este viaje vital.
Powerpaola (Quito, 1977) es una artista, ilustradora e historietista. Nació en Quito, Ecuador y ha vivido en Colombia, Francia, Australia y Argentina. Es autora de Virus tropical (2011), Por dentro (2012), Diario (2013), qp (2014), Todo va a estar bien (2015), Espero porque dibujo (2019). Es parte del colectivo de cómic internacional Chicks on comics, que apela a darle visibilidad y difusión al trabajo de las mujeres en el mundo de las tiras cómicas y novelas gráficas.
Flavita Banana (Oviedo, 1987) estudió Artes y Diseño y el ciclo de Ilustración, ambos en la Escola Massana de Barcelona, haciendo malabarismos con todos los trabajos imaginables. A los 26 años y tras rendirse con cualquier otro estilo, empezó a dibujar viñetas de humor, con una línea sencilla y el humor de quien ya no espera nada. A los 29 pudo dejar la vida de oficina gracias a colaboraciones en S Moda, Orgullo y Satisfacción, Revista Mongolia y El País. Desde 2021 publica los días alternos (día sí día no) en El País. Ha publicado los libros Las Cosas del Querer (Lumen, 2017), Archivos Estelares (¡Caramba!, 2017), Archivos Cósmicos (¡Caramba!, 2019) y Archivos Espaciales (¡Carambra!, 2020) como autora. En 2018 recibe el premio Gat Perich de humor gráfico, y en 2021 el premio Gràffica. Su trabajo ha sido descrito como humor triste, una mezcla de costumbrismo y absurdidad.
Karin du Croo De Jongh (Barcelona, 1972) es descendiente de una noble familia de hugonotes franceses que tuvieron que emigrar a Holanda por la persecución religiosa. Licenciada en Bellas Artes por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), se convirtió en una artista conceptual de gran renombre. Abandonó el arte cuando estaba en el apogeo de su carrera para dedicarse al mundo de los au diovisuales. Se fue a trabajar a Madrid en un portal de internet que cotizaba en el IBEX mientras hacía puzles y macramé (llegó a ser campeona de su barrio). De vuelta a la ciudad condal, cursó varios másteres y posgrados de dirección de arte y demás, hasta ser socia del estudio de arte digital Nueveojos. Actualmente combina su pasión por la bicicleta y la ilustración con grandes y prometedores resultados.