- ¿En qué momento de tu vida has sido más feliz?
En ninguno de la infancia, eso seguro. Ahora voy tirando.
- ¿Cuál es tu mayor temor?
Que el cielo caiga sobre nuestras cabezas. ¿Qué otra cosa podía ser?
- ¿Cuál es tu primer recuerdo?
Los suelos a la altura de la nariz.
- ¿A qué persona (viva) admiras más y por qué?
Nunca se me ocurrió pensarlo. Me cae muy bien Robert Wyatt.
- ¿Cuál es el rasgo que menos te gusta de ti mismo?
El sonido de mi voz.
- ¿Cuál es el rasgo que menos suele gustarte de los demás?
El sonido de sus voces.
- ¿Dónde te gustaría vivir?
En el Palazzo Ducale de Urbino en otoño e invierno y en el de Balmoral en primavera y verano. O viceversa.
- ¿En qué época histórica te gustaría haber vivido?
Cualquiera antes del 1.000 A.C., cuando los dioses vivían entre los humanos.
- ¿Qué te deprime?
El Carrusel Deportivo los domingos por la tarde.
- Haznos una pequeña lista de tus libros o autores favoritos.
Uf, ¡qué lío! Suelen gustarme los libros sagrados, Borges, Los Últimos Días de la Humanidad de Karl Krauss, Shakespeare, César Vallejo, el Tristram Shandy de Laurence Sterne, chalados como Harry Stephen Keeler… Algún gabacho también: Rabelais, Alfred Jarry, Maurice Roche… O más cercanos, como Julián Ríos, Miquel de Palol… Er… ¿vale Joyce o queda como el culo? (Joder, ¡qué caos!)
- Haznos una pequeña lista de tus libros o autores más odiados.
En general, no me molesto en odiar libros o autores; me conformo con no leerlos.
- ¿Cómo ordenas tu biblioteca?
No se lo digas a nadie, pero creo que se ordena y desordena sola.
- ¿Si pudieses ser un personaje de ficción, quién serías?
El Dr. Manhattan.
- ¿Tienes unos zapatos favoritos?
Los del Dr. Martens.
- ¿Cuál es tu olor favorito?
El de los huevos fritos o el de la tinta china, no estoy muy seguro.
- ¿Y tu comida?
Los huevos fritos.
- ¿Y tu bebida?
La tinta china.
- ¿Cómo te defines políticamente?
Mal asunto para alguien que desconfía del género humano.
- ¿Qué es lo que menos te gusta de tu aspecto?
Estoy seguro de que hay ángulos y gestos más abominables que el horror que veo en el espejo.
- ¿Cuál es tu placer culpable?
No sé muy bien qué es un placer culpable. ¿Es lo que sientes comiendo chocolate del que anuncian en la tele?
- ¿Qué les debes a tus padres?
Dinero.
- ¿A quien invitarías a tu fiesta ideal?
Al rey Carlos III del Reino Unido de la Gran Bretaña. No va a aparecer, pero y si se presenta, ¿eh?
- ¿Qué palabras o muletillas usas más a menudo?
Procuro desterrar cualquier muletilla como sea, pero la expresión “¡qué coño!” es difícil de apear.
- Cuéntanos el momento más vergonzoso de tu vida.
Cualquier día pasado en un hospital.
- Si pudieses cambiar tu pasado, ¿Qué cambiarías?
Eliminaría el día de mi bautizo.
- ¿Cuándo fue la última vez que lloraste, y por qué?
Se me saltan las lágrimas con discos de 78 r.p.m., reales o digitalizados.
- ¿Cómo te relajas?
Huyendo de la presencia humana a grandes zancadas.
- ¿Has estado alguna vez a punto de morir?
Varias, que yo sepa: un accidente de coche, una neumonía, un montacargas que se me venía encima en Granada…
- ¿Matarías?
El día que lo legalicen me lo plantearé.
- ¿Qué consideras tu mayor logro?
No haber militado jamás en un partido político.
- ¿Qué te hace dormir mal?
Demasiadas cosas, me temo.
- ¿Qué canción o canciones te gustaría que sonaran en tu funeral?
No es una canción, pero siempre pienso en el preludio de Parsifal. Tengo que buscar algo que moleste más.
- ¿Dónde te gustaría estar ahora mismo?
En la Conchinchina. ¿Existe?
- ¿Cuál es tu posesión más preciada?
Mi viejo póster de Frank Zappa en el WC comprado en Discoplay por correo.
- ¿Cómo te gustaría ser recordado?
¿Y a mí qué me va a importar cómo me recuerden?
- ¿Qué has hecho hoy?
Fotos de cosas.
