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La huella
La huella
Será acaso cierto lo que sostiene la amiga aquélla según
la cual sólo cabría seguir al Bergounioux de los dos textos
extraordinarios que contiene el presente volumen -La huella
(2007) y Puntos cardinales (1995)- previo un entendimiento
cabal de Descartes y de Hegel. Pero también que su prosa
bruñida y pulcra, una de las voces más genuinas de la literatura
francesa actual, expresa de forma transparente un desnudamiento
esencial que enfrenta sin reparo los miedos y las certidumbres:
trabajo, arraigo, conciencia de la vulnerabilidad. Por los territorios
de Gracq, de Proust o de Torga."Mi padre tenía ese aire diferente,
tranquilo, que sólo le he visto allí y que habría de mantener hasta
la noche. Se daba demasiada importancia a mis guijarros.
Había una tonelada, pretendía él. Nunca cabrían en el maletero.
Se iban a cargar los amortiguadores. Mamá intercedía.
Terminaba por obtener permiso para llevar algunas piezas,
tres o cuatro. Tenía que escoger entre la luna y un pájaro al estilo
de Brancusi pero de un violeta intenso, o una mujer de rodillas.
Yo los almacenaba en la anfractuosidad en forma de codo, sin
profundidad, del maletero, contra la rueda de recambio, volvía
rápidamente al montón sobre el cual seguía deliberando y,
seguidamente, no menos rápido, al coche, para sustituir
un bloque de granito claro por un fruto de basalto moteado
de olivino o incluso para añadirlo sin retirada compensatoria."
la cual sólo cabría seguir al Bergounioux de los dos textos
extraordinarios que contiene el presente volumen -La huella
(2007) y Puntos cardinales (1995)- previo un entendimiento
cabal de Descartes y de Hegel. Pero también que su prosa
bruñida y pulcra, una de las voces más genuinas de la literatura
francesa actual, expresa de forma transparente un desnudamiento
esencial que enfrenta sin reparo los miedos y las certidumbres:
trabajo, arraigo, conciencia de la vulnerabilidad. Por los territorios
de Gracq, de Proust o de Torga."Mi padre tenía ese aire diferente,
tranquilo, que sólo le he visto allí y que habría de mantener hasta
la noche. Se daba demasiada importancia a mis guijarros.
Había una tonelada, pretendía él. Nunca cabrían en el maletero.
Se iban a cargar los amortiguadores. Mamá intercedía.
Terminaba por obtener permiso para llevar algunas piezas,
tres o cuatro. Tenía que escoger entre la luna y un pájaro al estilo
de Brancusi pero de un violeta intenso, o una mujer de rodillas.
Yo los almacenaba en la anfractuosidad en forma de codo, sin
profundidad, del maletero, contra la rueda de recambio, volvía
rápidamente al montón sobre el cual seguía deliberando y,
seguidamente, no menos rápido, al coche, para sustituir
un bloque de granito claro por un fruto de basalto moteado
de olivino o incluso para añadirlo sin retirada compensatoria."
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Editorial: Dias Contados
Materia:
Narrativa francesa
ISBN: 978-84-937021-4-4
Idioma: Castellano
Medidas cm: 12 x 21
Páginas: 80
Estado: Disponible
Fecha de edición: 01-01-2010
0.00€(IVA incluido)
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